Excalibur ha sido sacrificado.
Excalibur se ha ido al cielo de los perros.
Ese espacio que los guionistas de las películas infantiles americanas han creado para amortiguar el trauma que la muerte de Bambi les generó cuando ellos eran niños.
Y de ahí todo este embrollo: considerar que un animal tiene la misma esencia y dignidad que un ser humano.
Un tipo que vivió hace un porrón de años ya nos explicó que los seres vivos se componen por un alma como forma de un cuerpo. Hasta ahí perros y hombres somos iguales. Pero Aristóteles -que así se llamaba ese señor- añadía que el hombre tiene algo mucho más especial y particular que Excalibur: la razón. Es decir, el hombre es un animal, sí, pero racional.
Cuánto más avanza el siglo XXI, con más pavor observo como crece la formulación de una igualdad extrema. Esa que llega a proclamar que todo-lo-vivo-posee-la-misma-dignidad-por-el-mero-hecho-de-estar-vivo.
Parece como si el hombre, perdido en su laberinto de sentimientos primarios que no puede explicar, se hubiera cansado de su capacidad racional y, por ello, hubiera dado dos pasos hacia atrás para decir: «Mira, no. Quita lo de racional y dejémoslo en que sólo somos animales»
Cuando el hombre -como animal racional que es- ama, ama racionalmente. Y, por ese motivo, es capaz de proyectar el futuro, entender los temores y, si bien, muchas veces no puede explicar los motivos de lo que siente, al menos los intenta entender. Pero cuando un animal mueve la cola no nos explica un estado de felicidad, y mucho menos de amor. Sólo nos muestra un sentimiento primario de seguridad, confort o empatía. Pero no amor. Y mucho menos basado en un origen racional.
De ahí mi perplejidad de estos días: leer ese torrente de argumentos que colocan al mismo nivel el amor a un perro y a un ser humano. Ya no sólo es elevar de forma equivocada una categoría (la del pobre Excalibir) a un nivel que no le corresponde, si no algo mucho más preocupante: reducir y distraer la auténtica esencia del hombre al despojarnos de nuestra capacidad racional.
En otras palabras, Excalibur nunca pudo amar racionalmente a sus dueños pero, en cambio, sus dueños sí le pudieron amar racionalmente. Y, aunque muchos se hayan rasgado las vestiduras por esto, ese desequilibrio entre las intenciones de Excalibur y sus dueños no es algo injusto. Es lo que, afortunadamente, hace al hombre tan especial y único. Para lo bueno y, también, para lo malo.
octubre 8, 2014 a las 11:16 pm
Ays. Molas. Llámame exagerada. Pero confieso que a mí me está dando últimante por pensar mucho y me viene frecuentemente a la cabeza la expresión evangélica «el fin de los tiempos».
No sé si será el «fin de los tiempos»; pero que estamos viviendo el fin de «unos tiempos» voy teniéndolo cada vez más claro.
Hace unos años -no tantos, la verdad- esta situación nos parecería digna de un guión -tirando a malo- de peli de sci-fi. ¡Vaya punto de giro, el de Excalibur, ¿eh? Turning point que diríamos entonces. Ja, Ja.
Y míranos ahora.
Debo ser muy muy rara. Pero reflexionando sobre todo esto, hoy me he dado cuenta de que me da más miedo a dónde puede llevarnos el comportamiento de muchas personas a las que he oído/leído supuestamente sanas, que el abrazo de cualquiera de los que hayan estado cuidando enfermos. Ahora mismo, si pudiera, abrazaría a este señor, por ejemplo:
http://www.ondacero.es/audios-online/herrera-en-la-onda/fosforos/jose-luis-garayoa-quisiera-que-dieseis-mismo-protagonismo-ninos-que-mueren-aqui-que-perros_2014100800078.html
octubre 8, 2014 a las 11:56 pm
Hola Jordi,
Yo tengo un punto de vista diferente que me gustaría comentarte. En primer lugar, es verdad que cuando se trata de matar a un animal inocente a todo el mundo le entra la sensiblería máxima, como también es verdad que mucha gente considera a los animales iguales que las personas. Yo no creo que seamos iguales, pero no usaría la palabra “superior” ni “categoría”. ¿Qué significa ser superior? ¿El hecho de razonar nos da derecho a torturar a un animal? Para mi, el hecho de ser un animal racional no me parece justificación para dominar al resto. El ser humano siempre ha sido atropo-céntrico y se ha vivido mucho tiempo con la idea de que la naturaleza está exclusivamente a nuestro servicio. Y esa idea nos ha costado caro lo mires por donde lo mires. Yo no creo en “lo superior” ni tampoco en “categorías” sino en la diferencia y el respeto. Sé que un perro no es un humano, pero como animal racional, sé que debo respetar a las otras especies igual que ellas me respetan a mi, porqué así es como se consigue la armonía (“vive y deja vivir”). Eso no significa que me parezca mal la decisión que se ha tomado sobre Excalibur, estoy totalmente de acuerdo en que si supone un riesgo para la salud publica, no hay otro remedio que sacrificarlo, pero no por la razón de que “solo sea un perro”, sino porque no hay alternativa. Y justo esto es lo que yo creo que se debe reivindicar, sacrificar a Excalibur no era la “única alternativa”, se a tomado la vía rápida sin ni siquiera intentar encontrar otra solución. Y este acto constituye un reflejo de como funciona este país. A mi este suceso no me ha impactado por el hecho de que el perro sea una “pobre criatura inocente”, sino porque esto me ha suscitado muchas preguntas desagradables… ¿Si han tomado la vía rápida con el perro, estarán haciendo lo mismo con las personas? ¿Realmente hicieron todo lo que pudieron para salvar a Miguel Pajares? ¿Estarán realmente poniendo su mejores mentes en encontrar una solución a este problema o se cruzan de brazos a esperar a que caiga del cielo? Y esto se puede aplicar a todos los ámbitos que quieras, educación, cultura… Esto es lo que a mi me indigna, la metodología de hacerlo todo rápido y mal.
octubre 9, 2014 a las 7:48 pm
Alba… al hilo de tu argumentación
te pregunto: si el infectado es un hombre -y que según dices, es un animal que pese a su «marca» de racionalidad no es superior en categoría al animal- y si, además, esa persona supone un riesgo, ¿entonces sería justificable que lo sacrificaran? ¿Es así?
octubre 10, 2014 a las 6:52 pm
si humanizamos a los animales y animalizamos a las personas vamos descaminados…sino que le pregunten a Cesar el domador de perros que lleva media vida convenciendo a los amos de perros de que si los tratan como personas acaban locos los animalitos
junio 3, 2015 a las 1:20 pm
Estimado señor Molas, estoy en parte de acuerdo con usted pero hay un par cuestiones que me gustaría de preguntarle.
En primer lugar ¿ cómo ser racional puede usted afirmar o desmentir que el que el cielo existe, y si es así , que no tenga cabida en ese cielo un ser no racional?
¿Puede afirmar que todos los hombres son racionales? si no se comportan como tales ¿tenemos el derecho a sacrificarles por el bien común?
Reciba un cordial saludo